Thursday, February 05, 2009
Saturday, April 05, 2008
TUTORIA Nº I-2, SIMBOLISMOS
Ofelia
IEn las aguas profundas que acunan las estrellas,blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lilio,flota tan lentamente, recostada en sus velos...cuando tocan a muerte en el bosque lejano.
Hace ya miles de años que la pálida Ofeliapasa, fantasma blanco por el gran río negro;más de mil años ya que su suave locuramurmura su tonada en el aire nocturno.El viento, cual corola, sus senos acariciay despliega, acunado, su velamen azul;los sauces temblorosos lloran contra sus hombrosy por su frente en sueños, la espadaña se pliega.Los rizados nenúfares suspiran a su lado,mientra ella despierta, en el dormido aliso,un nido del que surge un mínimo temblor...y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.II¡Oh tristísimo Ofelia, bella como la nieve,muerta cuando eras niña, llevada por el río!Y es que los fríos vientos que caen de Noruegate habían susurrado la adusta libertad.Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,en tu mente traspuesta metió voces extrañas;y es que tu corazón escuchaba el lamentode la Naturaleza ––son de árboles y noches.Y es que la voz del mar, como inmenso jadeorompió tu corazón manso y tierno de niña;y es que un día de abril, un bello infante pálido,un loco miserioso, a tus pies se sentó.Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .Te fundías en él como nieve en el fuego;tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul .IIIY el poeta nos dice que en la noche estrelladavienes a recoger las flores que cortaste ,y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis.
Libellés : Arthur Rimbaud
El guardagujas[Cuento. Texto completo]
Juan José Arreola
El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su reloj: la hora justa en que el tren debía partir.
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse el forastero se halló ante un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en la mano una linterna roja, pero tan pequeña, que parecía de juguete. Miró sonriendo al viajero, que le preguntó con ansiedad:
-Usted perdone, ¿ha salido ya el tren?
-¿Lleva usted poco tiempo en este país?
-Necesito salir inmediatamente. Debo hallarme en T. mañana mismo.
-Se ve que usted ignora las cosas por completo. Lo que debe hacer ahora mismo es buscar alojamiento en la fonda para viajeros -y señaló un extraño edificio ceniciento que más bien parecía un presidio.
-Pero yo no quiero alojarme, sino salir en el tren.
-Alquile usted un cuarto inmediatamente, si es que lo hay. En caso de que pueda conseguirlo, contrátelo por mes, le resultará más barato y recibirá mejor atención.
-¿Está usted loco? Yo debo llegar a T. mañana mismo.
-Francamente, debería abandonarlo a su suerte. Sin embargo, le daré unos informes.
-Por favor...
-Este país es famoso por sus ferrocarriles, como usted sabe. Hasta ahora no ha sido posible organizarlos debidamente, pero se han hecho grandes cosas en lo que se refiere a la publicación de itinerarios y a la expedición de boletos. Las guías ferroviarias abarcan y enlazan todas las poblaciones de la nación; se expenden boletos hasta para las aldeas más pequeñas y remotas. Falta solamente que los convoyes cumplan las indicaciones contenidas en las guías y que pasen efectivamente por las estaciones. Los habitantes del país así lo esperan; mientras tanto, aceptan las irregularidades del servicio y su patriotismo les impide cualquier manifestación de desagrado.
-Pero, ¿hay un tren que pasa por esta ciudad?
-Afirmarlo equivaldría a cometer una inexactitud. Como usted puede darse cuenta, los rieles existen, aunque un tanto averiados. En algunas poblaciones están sencillamente indicados en el suelo mediante dos rayas. Dadas las condiciones actuales, ningún tren tiene la obligación de pasar por aquí, pero nada impide que eso pueda suceder. Yo he visto pasar muchos trenes en mi vida y conocí algunos viajeros que pudieron abordarlos. Si usted espera convenientemente, tal vez yo mismo tenga el honor de ayudarle a subir a un hermoso y confortable vagón.
-¿Me llevará ese tren a T.?
-¿Y por qué se empeña usted en que ha de ser precisamente a T.? Debería darse por satisfecho si pudiera abordarlo. Una vez en el tren, su vida tomará efectivamente un rumbo. ¿Qué importa si ese rumbo no es el de T.?
-Es que yo tengo un boleto en regla para ir a T. Lógicamente, debo ser conducido a ese lugar, ¿no es así?-Cualquiera diría que usted tiene razón. En la fonda para viajeros podrá usted hablar con personas que han tomado sus precauciones, adquiriendo grandes cantidades de boletos. Por regla general, las gentes previsoras compran pasajes para todos los puntos del país. Hay quien ha gastado en boletos una verdadera fortuna...
-Yo creí que para ir a T. me bastaba un boleto. Mírelo usted...
-El próximo tramo de los ferrocarriles nacionales va a ser construido con el dinero de una sola persona que acaba de gastar su inmenso capital en pasajes de ida y vuelta para un trayecto ferroviario, cuyos planos, que incluyen extensos túneles y puentes, ni siquiera han sido aprobados por los ingenieros de la empresa.
-Pero el tren que pasa por T., ¿ya se encuentra en servicio?
-Y no sólo ése. En realidad, hay muchísimos trenes en la nación, y los viajeros pueden utilizarlos con relativa frecuencia, pero tomando en cuenta que no se trata de un servicio formal y definitivo. En otras palabras, al subir a un tren, nadie espera ser conducido al sitio que desea.
-¿Cómo es eso?
-En su afán de servir a los ciudadanos, la empresa debe recurrir a ciertas medidas desesperadas. Hace circular trenes por lugares intransitables. Esos convoyes expedicionarios emplean a veces varios años en su trayecto, y la vida de los viajeros sufre algunas transformaciones importantes. Los fallecimientos no son raros en tales casos, pero la empresa, que todo lo ha previsto, añade a esos trenes un vagón capilla ardiente y un vagón cementerio. Es motivo de orgullo para los conductores depositar el cadáver de un viajero lujosamente embalsamado en los andenes de la estación que prescribe su boleto. En ocasiones, estos trenes forzados recorren trayectos en que falta uno de los rieles. Todo un lado de los vagones se estremece lamentablemente con los golpes que dan las ruedas sobre los durmientes. Los viajeros de primera -es otra de las previsiones de la empresa- se colocan del lado en que hay riel. Los de segunda padecen los golpes con resignación. Pero hay otros tramos en que faltan ambos rieles, allí los viajeros sufren por igual, hasta que el tren queda totalmente destruido.
-¡Santo Dios!
-Mire usted: la aldea de F. surgió a causa de uno de esos accidentes. El tren fue a dar en un terreno impracticable. Lijadas por la arena, las ruedas se gastaron hasta los ejes. Los viajeros pasaron tanto tiempo, que de las obligadas conversaciones triviales surgieron amistades estrechas. Algunas de esas amistades se transformaron pronto en idilios, y el resultado ha sido F., una aldea progresista llena de niños traviesos que juegan con los vestigios enmohecidos del tren.
-¡Dios mío, yo no estoy hecho para tales aventuras!
-Necesita usted ir templando su ánimo; tal vez llegue usted a convertirse en héroe. No crea que faltan ocasiones para que los viajeros demuestren su valor y sus capacidades de sacrificio. Recientemente, doscientos pasajeros anónimos escribieron una de las páginas más gloriosas en nuestros anales ferroviarios. Sucede que en un viaje de prueba, el maquinista advirtió a tiempo una grave omisión de los constructores de la línea. En la ruta faltaba el puente que debía salvar un abismo. Pues bien, el maquinista, en vez de poner marcha atrás, arengó a los pasajeros y obtuvo de ellos el esfuerzo necesario para seguir adelante. Bajo su enérgica dirección, el tren fue desarmado pieza por pieza y conducido en hombros al otro lado del abismo, que todavía reservaba la sorpresa de contener en su fondo un río caudaloso. El resultado de la hazaña fue tan satisfactorio que la empresa renunció definitivamente a la construcción del puente, conformándose con hacer un atractivo descuento en las tarifas de los pasajeros que se atreven a afrontar esa molestia suplementaria.
¡Pero yo debo llegar a T. mañana mismo!
-¡Muy bien! Me gusta que no abandone usted su proyecto. Se ve que es usted un hombre de convicciones. Alójese por lo pronto en la fonda y tome el primer tren que pase. Trate de hacerlo cuando menos; mil personas estarán para impedírselo. Al llegar un convoy, los viajeros, irritados por una espera demasiado larga, salen de la fonda en tumulto para invadir ruidosamente la estación. Muchas veces provocan accidentes con su increíble falta de cortesía y de prudencia. En vez de subir ordenadamente se dedican a aplastarse unos a otros; por lo menos, se impiden para siempre el abordaje, y el tren se va dejándolos amotinados en los andenes de la estación. Los viajeros, agotados y furiosos, maldicen su falta de educación, y pasan mucho tiempo insultándose y dándose de golpes.
-¿Y la policía no interviene?
-Se ha intentado organizar un cuerpo de policía en cada estación, pero la imprevisible llegada de los trenes hacía tal servicio inútil y sumamente costoso. Además, los miembros de ese cuerpo demostraron muy pronto su venalidad, dedicándose a proteger la salida exclusiva de pasajeros adinerados que les daban a cambio de esa ayuda todo lo que llevaban encima. Se resolvió entonces el establecimiento de un tipo especial de escuelas, donde los futuros viajeros reciben lecciones de urbanidad y un entrenamiento adecuado. Allí se les enseña la manera correcta de abordar un convoy, aunque esté en movimiento y a gran velocidad. También se les proporciona una especie de armadura para evitar que los demás pasajeros les rompan las costillas.
-Pero una vez en el tren, ¡está uno a cubierto de nuevas contingencias?
-Relativamente. Sólo le recomiendo que se fije muy bien en las estaciones. Podría darse el caso de que creyera haber llegado a T., y sólo fuese una ilusión. Para regular la vida a bordo de los vagones demasiado repletos, la empresa se ve obligada a echar mano de ciertos expedientes. Hay estaciones que son pura apariencia: han sido construidas en plena selva y llevan el nombre de alguna ciudad importante. Pero basta poner un poco de atención para descubrir el engaño. Son como las decoraciones del teatro, y las personas que figuran en ellas están llenas de aserrín. Esos muñecos revelan fácilmente los estragos de la intemperie, pero son a veces una perfecta imagen de la realidad: llevan en el rostro las señales de un cansancio infinito.
-Por fortuna, T. no se halla muy lejos de aquí.
-Pero carecemos por el momento de trenes directos. Sin embargo, no debe excluirse la posibilidad de que usted llegue mañana mismo, tal como desea. La organización de los ferrocarriles, aunque deficiente, no excluye la posibilidad de un viaje sin escalas. Vea usted, hay personas que ni siquiera se han dado cuenta de lo que pasa. Compran un boleto para ir a T. Viene un tren, suben, y al día siguiente oyen que el conductor anuncia: "Hemos llegado a T.". Sin tomar precaución alguna, los viajeros descienden y se hallan efectivamente en T.
-¿Podría yo hacer alguna cosa para facilitar ese resultado?
-Claro que puede usted. Lo que no se sabe es si le servirá de algo. Inténtelo de todas maneras. Suba usted al tren con la idea fija de que va a llegar a T. No trate a ninguno de los pasajeros. Podrán desilusionarlo con sus historias de viaje, y hasta denunciarlo a las autoridades.
-¿Qué está usted diciendo?
En virtud del estado actual de las cosas los trenes viajan llenos de espías. Estos espías, voluntarios en su mayor parte, dedican su vida a fomentar el espíritu constructivo de la empresa. A veces uno no sabe lo que dice y habla sólo por hablar. Pero ellos se dan cuenta en seguida de todos los sentidos que puede tener una frase, por sencilla que sea. Del comentario más inocente saben sacar una opinión culpable. Si usted llegara a cometer la menor imprudencia, sería aprehendido sin más, pasaría el resto de su vida en un vagón cárcel o le obligarían a descender en una falsa estación perdida en la selva. Viaje usted lleno de fe, consuma la menor cantidad posible de alimentos y no ponga los pies en el andén antes de que vea en T. alguna cara conocida.
-Pero yo no conozco en T. a ninguna persona.
-En ese caso redoble usted sus precauciones. Tendrá, se lo aseguro, muchas tentaciones en el camino. Si mira usted por las ventanillas, está expuesto a caer en la trampa de un espejismo. Las ventanillas están provistas de ingeniosos dispositivos que crean toda clase de ilusiones en el ánimo de los pasajeros. No hace falta ser débil para caer en ellas. Ciertos aparatos, operados desde la locomotora, hacen creer, por el ruido y los movimientos, que el tren está en marcha. Sin embargo, el tren permanece detenido semanas enteras, mientras los viajeros ven pasar cautivadores paisajes a través de los cristales.
-¿Y eso qué objeto tiene?
-Todo esto lo hace la empresa con el sano propósito de disminuir la ansiedad de los viajeros y de anular en todo lo posible las sensaciones de traslado. Se aspira a que un día se entreguen plenamente al azar, en manos de una empresa omnipotente, y que ya no les importe saber adónde van ni de dónde vienen.
-Y usted, ¿ha viajado mucho en los trenes?
-Yo, señor, sólo soy guardagujas. A decir verdad, soy un guardagujas jubilado, y sólo aparezco aquí de vez en cuando para recordar los buenos tiempos. No he viajado nunca, ni tengo ganas de hacerlo. Pero los viajeros me cuentan historias. Sé que los trenes han creado muchas poblaciones además de la aldea de F., cuyo origen le he referido. Ocurre a veces que los tripulantes de un tren reciben órdenes misteriosas. Invitan a los pasajeros a que desciendan de los vagones, generalmente con el pretexto de que admiren las bellezas de un determinado lugar. Se les habla de grutas, de cataratas o de ruinas célebres: "Quince minutos para que admiren ustedes la gruta tal o cual", dice amablemente el conductor. Una vez que los viajeros se hallan a cierta distancia, el tren escapa a todo vapor.
-¿Y los viajeros?
Vagan desconcertados de un sitio a otro durante algún tiempo, pero acaban por congregarse y se establecen en colonia. Estas paradas intempestivas se hacen en lugares adecuados, muy lejos de toda civilización y con riquezas naturales suficientes. Allí se abandonan lores selectos, de gente joven, y sobre todo con mujeres abundantes. ¿No le gustaría a usted pasar sus últimos días en un pintoresco lugar desconocido, en compañía de una muchachita?
El viejecillo sonriente hizo un guiño y se quedó mirando al viajero, lleno de bondad y de picardía. En ese momento se oyó un silbido lejano. El guardagujas dio un brinco, y se puso a hacer señales ridículas y desordenadas con su linterna.
-¿Es el tren? -preguntó el forastero.
El anciano echó a correr por la vía, desaforadamente. Cuando estuvo a cierta distancia, se volvió para gritar:
-¡Tiene usted suerte! Mañana llegará a su famosa estación. ¿Cómo dice que se llama?
-¡X! -contestó el viajero.
En ese momento el viejecillo se disolvió en la clara mañana. Pero el punto rojo de la linterna siguió corriendo y saltando entre los rieles, imprudente, al encuentro del tren.
Al fondo del paisaje, la locomotora se acercaba como un ruidoso advenimiento.
FIN
IEn las aguas profundas que acunan las estrellas,blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lilio,flota tan lentamente, recostada en sus velos...cuando tocan a muerte en el bosque lejano.
Hace ya miles de años que la pálida Ofeliapasa, fantasma blanco por el gran río negro;más de mil años ya que su suave locuramurmura su tonada en el aire nocturno.El viento, cual corola, sus senos acariciay despliega, acunado, su velamen azul;los sauces temblorosos lloran contra sus hombrosy por su frente en sueños, la espadaña se pliega.Los rizados nenúfares suspiran a su lado,mientra ella despierta, en el dormido aliso,un nido del que surge un mínimo temblor...y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.II¡Oh tristísimo Ofelia, bella como la nieve,muerta cuando eras niña, llevada por el río!Y es que los fríos vientos que caen de Noruegate habían susurrado la adusta libertad.Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,en tu mente traspuesta metió voces extrañas;y es que tu corazón escuchaba el lamentode la Naturaleza ––son de árboles y noches.Y es que la voz del mar, como inmenso jadeorompió tu corazón manso y tierno de niña;y es que un día de abril, un bello infante pálido,un loco miserioso, a tus pies se sentó.Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .Te fundías en él como nieve en el fuego;tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul .IIIY el poeta nos dice que en la noche estrelladavienes a recoger las flores que cortaste ,y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis.
Libellés : Arthur Rimbaud
El guardagujas[Cuento. Texto completo]
Juan José Arreola
El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su reloj: la hora justa en que el tren debía partir.
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse el forastero se halló ante un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en la mano una linterna roja, pero tan pequeña, que parecía de juguete. Miró sonriendo al viajero, que le preguntó con ansiedad:
-Usted perdone, ¿ha salido ya el tren?
-¿Lleva usted poco tiempo en este país?
-Necesito salir inmediatamente. Debo hallarme en T. mañana mismo.
-Se ve que usted ignora las cosas por completo. Lo que debe hacer ahora mismo es buscar alojamiento en la fonda para viajeros -y señaló un extraño edificio ceniciento que más bien parecía un presidio.
-Pero yo no quiero alojarme, sino salir en el tren.
-Alquile usted un cuarto inmediatamente, si es que lo hay. En caso de que pueda conseguirlo, contrátelo por mes, le resultará más barato y recibirá mejor atención.
-¿Está usted loco? Yo debo llegar a T. mañana mismo.
-Francamente, debería abandonarlo a su suerte. Sin embargo, le daré unos informes.
-Por favor...
-Este país es famoso por sus ferrocarriles, como usted sabe. Hasta ahora no ha sido posible organizarlos debidamente, pero se han hecho grandes cosas en lo que se refiere a la publicación de itinerarios y a la expedición de boletos. Las guías ferroviarias abarcan y enlazan todas las poblaciones de la nación; se expenden boletos hasta para las aldeas más pequeñas y remotas. Falta solamente que los convoyes cumplan las indicaciones contenidas en las guías y que pasen efectivamente por las estaciones. Los habitantes del país así lo esperan; mientras tanto, aceptan las irregularidades del servicio y su patriotismo les impide cualquier manifestación de desagrado.
-Pero, ¿hay un tren que pasa por esta ciudad?
-Afirmarlo equivaldría a cometer una inexactitud. Como usted puede darse cuenta, los rieles existen, aunque un tanto averiados. En algunas poblaciones están sencillamente indicados en el suelo mediante dos rayas. Dadas las condiciones actuales, ningún tren tiene la obligación de pasar por aquí, pero nada impide que eso pueda suceder. Yo he visto pasar muchos trenes en mi vida y conocí algunos viajeros que pudieron abordarlos. Si usted espera convenientemente, tal vez yo mismo tenga el honor de ayudarle a subir a un hermoso y confortable vagón.
-¿Me llevará ese tren a T.?
-¿Y por qué se empeña usted en que ha de ser precisamente a T.? Debería darse por satisfecho si pudiera abordarlo. Una vez en el tren, su vida tomará efectivamente un rumbo. ¿Qué importa si ese rumbo no es el de T.?
-Es que yo tengo un boleto en regla para ir a T. Lógicamente, debo ser conducido a ese lugar, ¿no es así?-Cualquiera diría que usted tiene razón. En la fonda para viajeros podrá usted hablar con personas que han tomado sus precauciones, adquiriendo grandes cantidades de boletos. Por regla general, las gentes previsoras compran pasajes para todos los puntos del país. Hay quien ha gastado en boletos una verdadera fortuna...
-Yo creí que para ir a T. me bastaba un boleto. Mírelo usted...
-El próximo tramo de los ferrocarriles nacionales va a ser construido con el dinero de una sola persona que acaba de gastar su inmenso capital en pasajes de ida y vuelta para un trayecto ferroviario, cuyos planos, que incluyen extensos túneles y puentes, ni siquiera han sido aprobados por los ingenieros de la empresa.
-Pero el tren que pasa por T., ¿ya se encuentra en servicio?
-Y no sólo ése. En realidad, hay muchísimos trenes en la nación, y los viajeros pueden utilizarlos con relativa frecuencia, pero tomando en cuenta que no se trata de un servicio formal y definitivo. En otras palabras, al subir a un tren, nadie espera ser conducido al sitio que desea.
-¿Cómo es eso?
-En su afán de servir a los ciudadanos, la empresa debe recurrir a ciertas medidas desesperadas. Hace circular trenes por lugares intransitables. Esos convoyes expedicionarios emplean a veces varios años en su trayecto, y la vida de los viajeros sufre algunas transformaciones importantes. Los fallecimientos no son raros en tales casos, pero la empresa, que todo lo ha previsto, añade a esos trenes un vagón capilla ardiente y un vagón cementerio. Es motivo de orgullo para los conductores depositar el cadáver de un viajero lujosamente embalsamado en los andenes de la estación que prescribe su boleto. En ocasiones, estos trenes forzados recorren trayectos en que falta uno de los rieles. Todo un lado de los vagones se estremece lamentablemente con los golpes que dan las ruedas sobre los durmientes. Los viajeros de primera -es otra de las previsiones de la empresa- se colocan del lado en que hay riel. Los de segunda padecen los golpes con resignación. Pero hay otros tramos en que faltan ambos rieles, allí los viajeros sufren por igual, hasta que el tren queda totalmente destruido.
-¡Santo Dios!
-Mire usted: la aldea de F. surgió a causa de uno de esos accidentes. El tren fue a dar en un terreno impracticable. Lijadas por la arena, las ruedas se gastaron hasta los ejes. Los viajeros pasaron tanto tiempo, que de las obligadas conversaciones triviales surgieron amistades estrechas. Algunas de esas amistades se transformaron pronto en idilios, y el resultado ha sido F., una aldea progresista llena de niños traviesos que juegan con los vestigios enmohecidos del tren.
-¡Dios mío, yo no estoy hecho para tales aventuras!
-Necesita usted ir templando su ánimo; tal vez llegue usted a convertirse en héroe. No crea que faltan ocasiones para que los viajeros demuestren su valor y sus capacidades de sacrificio. Recientemente, doscientos pasajeros anónimos escribieron una de las páginas más gloriosas en nuestros anales ferroviarios. Sucede que en un viaje de prueba, el maquinista advirtió a tiempo una grave omisión de los constructores de la línea. En la ruta faltaba el puente que debía salvar un abismo. Pues bien, el maquinista, en vez de poner marcha atrás, arengó a los pasajeros y obtuvo de ellos el esfuerzo necesario para seguir adelante. Bajo su enérgica dirección, el tren fue desarmado pieza por pieza y conducido en hombros al otro lado del abismo, que todavía reservaba la sorpresa de contener en su fondo un río caudaloso. El resultado de la hazaña fue tan satisfactorio que la empresa renunció definitivamente a la construcción del puente, conformándose con hacer un atractivo descuento en las tarifas de los pasajeros que se atreven a afrontar esa molestia suplementaria.
¡Pero yo debo llegar a T. mañana mismo!
-¡Muy bien! Me gusta que no abandone usted su proyecto. Se ve que es usted un hombre de convicciones. Alójese por lo pronto en la fonda y tome el primer tren que pase. Trate de hacerlo cuando menos; mil personas estarán para impedírselo. Al llegar un convoy, los viajeros, irritados por una espera demasiado larga, salen de la fonda en tumulto para invadir ruidosamente la estación. Muchas veces provocan accidentes con su increíble falta de cortesía y de prudencia. En vez de subir ordenadamente se dedican a aplastarse unos a otros; por lo menos, se impiden para siempre el abordaje, y el tren se va dejándolos amotinados en los andenes de la estación. Los viajeros, agotados y furiosos, maldicen su falta de educación, y pasan mucho tiempo insultándose y dándose de golpes.
-¿Y la policía no interviene?
-Se ha intentado organizar un cuerpo de policía en cada estación, pero la imprevisible llegada de los trenes hacía tal servicio inútil y sumamente costoso. Además, los miembros de ese cuerpo demostraron muy pronto su venalidad, dedicándose a proteger la salida exclusiva de pasajeros adinerados que les daban a cambio de esa ayuda todo lo que llevaban encima. Se resolvió entonces el establecimiento de un tipo especial de escuelas, donde los futuros viajeros reciben lecciones de urbanidad y un entrenamiento adecuado. Allí se les enseña la manera correcta de abordar un convoy, aunque esté en movimiento y a gran velocidad. También se les proporciona una especie de armadura para evitar que los demás pasajeros les rompan las costillas.
-Pero una vez en el tren, ¡está uno a cubierto de nuevas contingencias?
-Relativamente. Sólo le recomiendo que se fije muy bien en las estaciones. Podría darse el caso de que creyera haber llegado a T., y sólo fuese una ilusión. Para regular la vida a bordo de los vagones demasiado repletos, la empresa se ve obligada a echar mano de ciertos expedientes. Hay estaciones que son pura apariencia: han sido construidas en plena selva y llevan el nombre de alguna ciudad importante. Pero basta poner un poco de atención para descubrir el engaño. Son como las decoraciones del teatro, y las personas que figuran en ellas están llenas de aserrín. Esos muñecos revelan fácilmente los estragos de la intemperie, pero son a veces una perfecta imagen de la realidad: llevan en el rostro las señales de un cansancio infinito.
-Por fortuna, T. no se halla muy lejos de aquí.
-Pero carecemos por el momento de trenes directos. Sin embargo, no debe excluirse la posibilidad de que usted llegue mañana mismo, tal como desea. La organización de los ferrocarriles, aunque deficiente, no excluye la posibilidad de un viaje sin escalas. Vea usted, hay personas que ni siquiera se han dado cuenta de lo que pasa. Compran un boleto para ir a T. Viene un tren, suben, y al día siguiente oyen que el conductor anuncia: "Hemos llegado a T.". Sin tomar precaución alguna, los viajeros descienden y se hallan efectivamente en T.
-¿Podría yo hacer alguna cosa para facilitar ese resultado?
-Claro que puede usted. Lo que no se sabe es si le servirá de algo. Inténtelo de todas maneras. Suba usted al tren con la idea fija de que va a llegar a T. No trate a ninguno de los pasajeros. Podrán desilusionarlo con sus historias de viaje, y hasta denunciarlo a las autoridades.
-¿Qué está usted diciendo?
En virtud del estado actual de las cosas los trenes viajan llenos de espías. Estos espías, voluntarios en su mayor parte, dedican su vida a fomentar el espíritu constructivo de la empresa. A veces uno no sabe lo que dice y habla sólo por hablar. Pero ellos se dan cuenta en seguida de todos los sentidos que puede tener una frase, por sencilla que sea. Del comentario más inocente saben sacar una opinión culpable. Si usted llegara a cometer la menor imprudencia, sería aprehendido sin más, pasaría el resto de su vida en un vagón cárcel o le obligarían a descender en una falsa estación perdida en la selva. Viaje usted lleno de fe, consuma la menor cantidad posible de alimentos y no ponga los pies en el andén antes de que vea en T. alguna cara conocida.
-Pero yo no conozco en T. a ninguna persona.
-En ese caso redoble usted sus precauciones. Tendrá, se lo aseguro, muchas tentaciones en el camino. Si mira usted por las ventanillas, está expuesto a caer en la trampa de un espejismo. Las ventanillas están provistas de ingeniosos dispositivos que crean toda clase de ilusiones en el ánimo de los pasajeros. No hace falta ser débil para caer en ellas. Ciertos aparatos, operados desde la locomotora, hacen creer, por el ruido y los movimientos, que el tren está en marcha. Sin embargo, el tren permanece detenido semanas enteras, mientras los viajeros ven pasar cautivadores paisajes a través de los cristales.
-¿Y eso qué objeto tiene?
-Todo esto lo hace la empresa con el sano propósito de disminuir la ansiedad de los viajeros y de anular en todo lo posible las sensaciones de traslado. Se aspira a que un día se entreguen plenamente al azar, en manos de una empresa omnipotente, y que ya no les importe saber adónde van ni de dónde vienen.
-Y usted, ¿ha viajado mucho en los trenes?
-Yo, señor, sólo soy guardagujas. A decir verdad, soy un guardagujas jubilado, y sólo aparezco aquí de vez en cuando para recordar los buenos tiempos. No he viajado nunca, ni tengo ganas de hacerlo. Pero los viajeros me cuentan historias. Sé que los trenes han creado muchas poblaciones además de la aldea de F., cuyo origen le he referido. Ocurre a veces que los tripulantes de un tren reciben órdenes misteriosas. Invitan a los pasajeros a que desciendan de los vagones, generalmente con el pretexto de que admiren las bellezas de un determinado lugar. Se les habla de grutas, de cataratas o de ruinas célebres: "Quince minutos para que admiren ustedes la gruta tal o cual", dice amablemente el conductor. Una vez que los viajeros se hallan a cierta distancia, el tren escapa a todo vapor.
-¿Y los viajeros?
Vagan desconcertados de un sitio a otro durante algún tiempo, pero acaban por congregarse y se establecen en colonia. Estas paradas intempestivas se hacen en lugares adecuados, muy lejos de toda civilización y con riquezas naturales suficientes. Allí se abandonan lores selectos, de gente joven, y sobre todo con mujeres abundantes. ¿No le gustaría a usted pasar sus últimos días en un pintoresco lugar desconocido, en compañía de una muchachita?
El viejecillo sonriente hizo un guiño y se quedó mirando al viajero, lleno de bondad y de picardía. En ese momento se oyó un silbido lejano. El guardagujas dio un brinco, y se puso a hacer señales ridículas y desordenadas con su linterna.
-¿Es el tren? -preguntó el forastero.
El anciano echó a correr por la vía, desaforadamente. Cuando estuvo a cierta distancia, se volvió para gritar:
-¡Tiene usted suerte! Mañana llegará a su famosa estación. ¿Cómo dice que se llama?
-¡X! -contestó el viajero.
En ese momento el viejecillo se disolvió en la clara mañana. Pero el punto rojo de la linterna siguió corriendo y saltando entre los rieles, imprudente, al encuentro del tren.
Al fondo del paisaje, la locomotora se acercaba como un ruidoso advenimiento.
FIN
Friday, September 14, 2007
Wednesday, June 20, 2007
Más allá de la fama
Antonio Skármeta Vramicic es un escritor chileno, que ha escrito numerosos ensayos sobre temas de literatura hispanoamericana, política cultural, cine y arte, también ha publicado varios cuentos entre esos “El ciclista de San Cristóbal”. A Antonio le agrada escribir sobre lo popular, el pueblo, el conflicto social el acontecimiento histórico, en sus obras a veces le pone algo biográfico que evoca de su juventud.
El cuento de “el ciclista de San Cristóbal” refleja una realidad que muy pocos tenemos presente, cuando escuchamos de algún famoso, ya sea deportista, cantante, actor, o presentador, enseguida pensamos en que tienen dinero, viven bien, que no pasan por angustias o necesidades, pero este cuento muestra como un ciclista tiene que luchar contra su angustia y fatiga para lograr obtener dinero, el cual le facilite la salud de su madre, él solo anhela ganar y llevar el premio a su madre , más que el reconocimiento y la fama. Por que la fama no es una gran dicha, la fama acaba con la intimidad, la tranquilidad, y la libertad siempre se viven previniendo y apartando de lo real para mostrar una imagen que de ejemplo a el público que los mantiene en la cima, así no dan pie para que hablen y difamen su nombre y reputación, pues las cámaras siempre están pendientes de las caídas para luego publicarlas y mantener el realiti.
Un símbolo muy importante en esta obra es el “dinero “ese signo peso que cuesta tanto obtener, y que es tan indispensable para la supervivencia de todo ser humano, el progreso, el alimento, el vestido, la educación, y hasta el placer y la diversión son conseguidos por el dinero, quien tiene plata ingresa a donde quiere por que con el dinero viene detrás el poder, poder que algunos abusan de él y humillan a seres iguales, pero pobres, pobreza que no se puede tapar, y que en busca de un mejor vivir se ha llegado a la corrupción, la delincuencia, la prostitución y la muerte, por que hasta la vida hoy ya tiene precio…
Para el ciclista la vida de su madre era todo y estoy segura que todos haríamos lo que fuera necesario por darle la vida a un ser amado que entrego su vida sin condiciones ni intereses.
-Vivirá –dije- uno se asusta con la fiebre…
- Si gano la carrera tendremos plata. La podríamos meter en una clínica pasable.
Vemos como la angustia de tener un ser moribundo en su lecho nos llena de motivos y fuerza, esa fuerza que no se sabe de donde sale pero que siempre es bienvenida.
La vida es un regalo divino y Dios es quien debe decidir el momento de nuestra partida aunque a veces nos cueste entender y aceptarlo, sobretodo cuando nos coge por sorpresa.
Por eso es importante disfrutar cada instante de la vida sin hacer daño a nadie, y seguramente estaremos felices de compartir con nuestros amigos y familiares, acompañándonos en los momentos difíciles y alegres sin esperar mas recompensa que la sonrisa, el abrazo y el beso sincero.
Antonio Skármeta Vramicic es un escritor chileno, que ha escrito numerosos ensayos sobre temas de literatura hispanoamericana, política cultural, cine y arte, también ha publicado varios cuentos entre esos “El ciclista de San Cristóbal”. A Antonio le agrada escribir sobre lo popular, el pueblo, el conflicto social el acontecimiento histórico, en sus obras a veces le pone algo biográfico que evoca de su juventud.
El cuento de “el ciclista de San Cristóbal” refleja una realidad que muy pocos tenemos presente, cuando escuchamos de algún famoso, ya sea deportista, cantante, actor, o presentador, enseguida pensamos en que tienen dinero, viven bien, que no pasan por angustias o necesidades, pero este cuento muestra como un ciclista tiene que luchar contra su angustia y fatiga para lograr obtener dinero, el cual le facilite la salud de su madre, él solo anhela ganar y llevar el premio a su madre , más que el reconocimiento y la fama. Por que la fama no es una gran dicha, la fama acaba con la intimidad, la tranquilidad, y la libertad siempre se viven previniendo y apartando de lo real para mostrar una imagen que de ejemplo a el público que los mantiene en la cima, así no dan pie para que hablen y difamen su nombre y reputación, pues las cámaras siempre están pendientes de las caídas para luego publicarlas y mantener el realiti.
Un símbolo muy importante en esta obra es el “dinero “ese signo peso que cuesta tanto obtener, y que es tan indispensable para la supervivencia de todo ser humano, el progreso, el alimento, el vestido, la educación, y hasta el placer y la diversión son conseguidos por el dinero, quien tiene plata ingresa a donde quiere por que con el dinero viene detrás el poder, poder que algunos abusan de él y humillan a seres iguales, pero pobres, pobreza que no se puede tapar, y que en busca de un mejor vivir se ha llegado a la corrupción, la delincuencia, la prostitución y la muerte, por que hasta la vida hoy ya tiene precio…
Para el ciclista la vida de su madre era todo y estoy segura que todos haríamos lo que fuera necesario por darle la vida a un ser amado que entrego su vida sin condiciones ni intereses.
-Vivirá –dije- uno se asusta con la fiebre…
- Si gano la carrera tendremos plata. La podríamos meter en una clínica pasable.
Vemos como la angustia de tener un ser moribundo en su lecho nos llena de motivos y fuerza, esa fuerza que no se sabe de donde sale pero que siempre es bienvenida.
La vida es un regalo divino y Dios es quien debe decidir el momento de nuestra partida aunque a veces nos cueste entender y aceptarlo, sobretodo cuando nos coge por sorpresa.
Por eso es importante disfrutar cada instante de la vida sin hacer daño a nadie, y seguramente estaremos felices de compartir con nuestros amigos y familiares, acompañándonos en los momentos difíciles y alegres sin esperar mas recompensa que la sonrisa, el abrazo y el beso sincero.
Opio en las nubes
Opio en las nubes
Rafael Chaparro Madiedo, se identifica por su estilo, a la hora de escribir, emplea un esquema que hace que el lector se introduzca en la obra y recree el texto de la mejor manera para no perder el sentido , aunque a veces le falte el aire, opio en las nubes es una novela única, nunca había leído una como tal, sin tabú, ni limites gramaticales, con este esquema narrativo pude conocer más sobre el autor y la sociedad nocturna y ebria existente en nuestro contexto, y donde no hubiese sido por el Lupus ,seguramente tendría a un montón de seguidores esperando ver la realidad reflejada por Chaparro.
Imagino que Rafael era un hombre solitario, analítico, curioso e inteligente que vio los amaneceres con una botella de whisky o brandy; vodka o cerveza, que experimento el viaje de marihuana, bazuco o anfetaminas, que exploro detalladamente cada parte del cuerpo femenino y que sintió dolor, miedo y pasión, que era un hombre sensible y que sus sentidos respondían perfectamente, y que con ayuda de ellos logro percibir toda realidad refleja en los rostros de las calle frías, solitarias, borrachas, y confusas por los alucinógenos.
Pero hablar de los demás es algo prohibido. Y no quiero entrar a juzgar sin las suficientes pruebas.
Berger, “si uno escucha con suficiente atención, si se inclina lo bastante para oír a alguien cuya experiencia es totalmente distinta de la propia, puede hablar en su nombre, y además con veracidad. Esto era algo que a mediados del siglo sabía todo el mundo. Pero entonces se empezó a decir que nadie tiene el derecho de escribir sobre lo que no conoce por propia experiencia…”.
En opio en las nubes vi como las personas pierden el sentido de vivir y luego se alejan del mundo, buscando absolutamente nada, solo esperan la noche y el día, como poco a poco se van deteriorando y se dejan ahogar en ese mar muerto y sucio de drogas y alcohol, de bares y residencias donde el cuerpo es solo un símbolo sexual que suple la necesidad carnal del hombre y la mujer, vi la falta del valor y respeto sobre si mismo , vi la muerte como un juego y el afán de los días.
Detrás de la obra se puede ver el lado oscuro de la sociedad, ese lado de sosiego, abandono, tristeza, y locura y lo peor es que la primera salida a estos males resulta ser la más fácil, pero lo que no se tiene presente es que una vez dentro de esa “supuesta salida” hay un túnel largo y muy difícil de encontrar el regreso a la vida. Me refiero a las drogas, a esos viajes de placer momentáneo donde las personas dejan sus problemas y soledades en las alucinaciones, mezclados con licor que se penetra por las venas y nos hace sentir súper hombres o súper mujeres, invencibles ante los rayos de la realidad.
Todos los personajes de la novela tienen algo en común, el gusto por los bares, tal vez estos sitios guardan cierto calor de hogar para ellos, tal vez el ruido, las risas sin sentido, el olor del trago los haga sentir seguros, tal vez los haga olvidar que están vivos y que pertenecen a un mundo real. Como dice Rimbaud “la verdadera vida esta ausente, no estamos en este mundo”
Rafael Chaparro Madiedo pone en su obra al descubierto esa cruda y cruel realidad por las que algunas personas deben pasar sin pedirlo, como lo dice Sastre “se escribe para revelar la relación del hombre con el mundo, lo que implica que se escribe para el publico y además con el objeto de incitar a quienes nos rodea a tomar postura ante lo que se tiene delante”.
Esta novela hace una invitación a mejorar nuestro estado de vida y a concientizarnos sobre la problemática que acoge la sociedad en especial a los jóvenes desubicados. Demostrándonos que todo depende de nuestra voluntad y que “allí donde crece el peligro, crece también la salvación” Holderlin.
Rafael Chaparro Madiedo, se identifica por su estilo, a la hora de escribir, emplea un esquema que hace que el lector se introduzca en la obra y recree el texto de la mejor manera para no perder el sentido , aunque a veces le falte el aire, opio en las nubes es una novela única, nunca había leído una como tal, sin tabú, ni limites gramaticales, con este esquema narrativo pude conocer más sobre el autor y la sociedad nocturna y ebria existente en nuestro contexto, y donde no hubiese sido por el Lupus ,seguramente tendría a un montón de seguidores esperando ver la realidad reflejada por Chaparro.
Imagino que Rafael era un hombre solitario, analítico, curioso e inteligente que vio los amaneceres con una botella de whisky o brandy; vodka o cerveza, que experimento el viaje de marihuana, bazuco o anfetaminas, que exploro detalladamente cada parte del cuerpo femenino y que sintió dolor, miedo y pasión, que era un hombre sensible y que sus sentidos respondían perfectamente, y que con ayuda de ellos logro percibir toda realidad refleja en los rostros de las calle frías, solitarias, borrachas, y confusas por los alucinógenos.
Pero hablar de los demás es algo prohibido. Y no quiero entrar a juzgar sin las suficientes pruebas.
Berger, “si uno escucha con suficiente atención, si se inclina lo bastante para oír a alguien cuya experiencia es totalmente distinta de la propia, puede hablar en su nombre, y además con veracidad. Esto era algo que a mediados del siglo sabía todo el mundo. Pero entonces se empezó a decir que nadie tiene el derecho de escribir sobre lo que no conoce por propia experiencia…”.
En opio en las nubes vi como las personas pierden el sentido de vivir y luego se alejan del mundo, buscando absolutamente nada, solo esperan la noche y el día, como poco a poco se van deteriorando y se dejan ahogar en ese mar muerto y sucio de drogas y alcohol, de bares y residencias donde el cuerpo es solo un símbolo sexual que suple la necesidad carnal del hombre y la mujer, vi la falta del valor y respeto sobre si mismo , vi la muerte como un juego y el afán de los días.
Detrás de la obra se puede ver el lado oscuro de la sociedad, ese lado de sosiego, abandono, tristeza, y locura y lo peor es que la primera salida a estos males resulta ser la más fácil, pero lo que no se tiene presente es que una vez dentro de esa “supuesta salida” hay un túnel largo y muy difícil de encontrar el regreso a la vida. Me refiero a las drogas, a esos viajes de placer momentáneo donde las personas dejan sus problemas y soledades en las alucinaciones, mezclados con licor que se penetra por las venas y nos hace sentir súper hombres o súper mujeres, invencibles ante los rayos de la realidad.
Todos los personajes de la novela tienen algo en común, el gusto por los bares, tal vez estos sitios guardan cierto calor de hogar para ellos, tal vez el ruido, las risas sin sentido, el olor del trago los haga sentir seguros, tal vez los haga olvidar que están vivos y que pertenecen a un mundo real. Como dice Rimbaud “la verdadera vida esta ausente, no estamos en este mundo”
Rafael Chaparro Madiedo pone en su obra al descubierto esa cruda y cruel realidad por las que algunas personas deben pasar sin pedirlo, como lo dice Sastre “se escribe para revelar la relación del hombre con el mundo, lo que implica que se escribe para el publico y además con el objeto de incitar a quienes nos rodea a tomar postura ante lo que se tiene delante”.
Esta novela hace una invitación a mejorar nuestro estado de vida y a concientizarnos sobre la problemática que acoge la sociedad en especial a los jóvenes desubicados. Demostrándonos que todo depende de nuestra voluntad y que “allí donde crece el peligro, crece también la salvación” Holderlin.
ANALISIS DEL ENSAYO DE WILLIAM OSPINA.
No había pensado en lo que William Ospina muestra en su libro; “Es tarde para el hombre”, en especial en este ensayo “el canto de las sirenas” por eso me incline hacia este texto para realizar el análisis sociocrítico.
Sin duda, soy una de las personas atraídas por la magia del sentirse bien, joven y saludable, y además una consumidora de productos que revelan mi vanidad, me gusta sentirme agradable ante los ojos de la sociedad , evito los alimentos que mientras son ingeridos dejan las marcas de horrorosas llantas, que no permiten el cierre perfecto del descaderado, uso las cremas que humectan la piel y evitan los molestos volcanes que hacen erupción justo cuando tienes un evento o una cita importante donde “ la imagen vale más que mil palabras”, cuando recibo mi sueldo me puedo dar el gusto de satisfacer algún antojo, ( una blusa, un panty, un accesorio etc.) Y estoy pensando en entrar al gimnasio para fortalecer mis glúteos, perfeccionar mi abdomen, realzar el busto y cambiar la rutina.
Todo esto lo puedo hacer, sin excederme porque también tengo otras necesidades; como el seguro, el transporte, el recibo, las fotocopias, el Internet, el celular, etc.
Lo anterior me hizo identificar con las palabras de Ospina cuando dice” llegamos a sentir que esa bebida gaseosa nos hará bellos, que esa crema nos hará jóvenes, que esa bicicleta estática nos hará perfectos, que ese alimento nos hará inmortales …”. Pero es muy cierto cuando dice “pero pasa el consumo y la vida sigue su combustión y su desgaste.”
Ese consumo artificial tal ves lo vivió William muy cerca y exploro a fondo como eran utilizados esos señuelos para inducir ala sociedad a consumirlos.
Esta obra no tiene nada exagerado, si hacemos un análisis introspectivo, todo es verdad, las propagandas son mensajes subliminales que manejan el pensamiento humano y solo reflejan un exterior perfecto pero, ¿Qué pasa en el interior de una persona? Seguramente, Ospina se dio cuenta que detrás de una cara bonita y un cuerpo perfecto, se encontraban sentimientos que nada los podía satisfacer, que en los supermercados y droguerías no venden cremas para la tristeza, gotas para la soledad, perfumes para sonreír naturalmente, chispitas de chocolate para el cáncer, bombones contra la muerte, golosinas de todos los colores y sabores para el dolor, el desaliento, la pobreza, la suerte, el trabajo el amor, la vida… todos somos humanos y ante eso no hay nada somos seres vivos de carne y hueso, somos de verdad y algunos creemos en un ser supremo , en Dios. Novalis, “En la ausencia de los Dioses reinan los fantasmas”. Fantasmas que alejan de la realidad y acaban con el verdadero sentido de la vida, fantasmas que nos prohíben conocer y explorar nuevos mundos, fantasmas que nos transporta al mundo superficial y nos invaden de miedos y temores absurdos.
La gente debería leer las paginas de este libro y hacerlo suyo, llevarlo a la practica , William Ospina es un escritor que quiere servir de salvavidas y recoger cada corazón ciego y sordo y hacerlo ver y oír más allá de esa cajita de fantasías, pero no podemos evitar “que el destino del hombre no es más que una cadena de apetitos que siempre se renuevan, un anhelar que no encuentra jamás su saciedad definitiva, un girar eternamente a la rueda de la necesidad y en la ilusión de satisfacerla.” Como lo expone Schopenhauer.
Esa necesidad debería hacernos más generosos, solidarios y concientes, ya que este mundo no se basa por la igualdad sino por el contrario, si algunos podemos disfrutar de algunos lujos, hay mucha gente que no posee nada, carecen de fortuna, belleza, salud y éxito y a estos seres los ignoramos y seguimos cosechando para el bienestar propio.
Aquellos que más propiedades y bienes tienen, más poder ejercen dentro de la sociedad y no les importa sino su capital, capital que ayuda a las propagandas que tapan la realidad y dominan la conciencia de una sociedad.
Bien lo decía Enzensberger “decidir quien es señor y quien es esclavo no depende solamente del hecho de disponer de capital, de fabricas, de los ejércitos, sino también y cada día más de disponer de la conciencia de los demás”.
Somos momias que giramos en torna a un círculo vicioso que difícilmente podremos evitar. Pero tal vez la unión haga la fuerza.
Sin duda, soy una de las personas atraídas por la magia del sentirse bien, joven y saludable, y además una consumidora de productos que revelan mi vanidad, me gusta sentirme agradable ante los ojos de la sociedad , evito los alimentos que mientras son ingeridos dejan las marcas de horrorosas llantas, que no permiten el cierre perfecto del descaderado, uso las cremas que humectan la piel y evitan los molestos volcanes que hacen erupción justo cuando tienes un evento o una cita importante donde “ la imagen vale más que mil palabras”, cuando recibo mi sueldo me puedo dar el gusto de satisfacer algún antojo, ( una blusa, un panty, un accesorio etc.) Y estoy pensando en entrar al gimnasio para fortalecer mis glúteos, perfeccionar mi abdomen, realzar el busto y cambiar la rutina.
Todo esto lo puedo hacer, sin excederme porque también tengo otras necesidades; como el seguro, el transporte, el recibo, las fotocopias, el Internet, el celular, etc.
Lo anterior me hizo identificar con las palabras de Ospina cuando dice” llegamos a sentir que esa bebida gaseosa nos hará bellos, que esa crema nos hará jóvenes, que esa bicicleta estática nos hará perfectos, que ese alimento nos hará inmortales …”. Pero es muy cierto cuando dice “pero pasa el consumo y la vida sigue su combustión y su desgaste.”
Ese consumo artificial tal ves lo vivió William muy cerca y exploro a fondo como eran utilizados esos señuelos para inducir ala sociedad a consumirlos.
Esta obra no tiene nada exagerado, si hacemos un análisis introspectivo, todo es verdad, las propagandas son mensajes subliminales que manejan el pensamiento humano y solo reflejan un exterior perfecto pero, ¿Qué pasa en el interior de una persona? Seguramente, Ospina se dio cuenta que detrás de una cara bonita y un cuerpo perfecto, se encontraban sentimientos que nada los podía satisfacer, que en los supermercados y droguerías no venden cremas para la tristeza, gotas para la soledad, perfumes para sonreír naturalmente, chispitas de chocolate para el cáncer, bombones contra la muerte, golosinas de todos los colores y sabores para el dolor, el desaliento, la pobreza, la suerte, el trabajo el amor, la vida… todos somos humanos y ante eso no hay nada somos seres vivos de carne y hueso, somos de verdad y algunos creemos en un ser supremo , en Dios. Novalis, “En la ausencia de los Dioses reinan los fantasmas”. Fantasmas que alejan de la realidad y acaban con el verdadero sentido de la vida, fantasmas que nos prohíben conocer y explorar nuevos mundos, fantasmas que nos transporta al mundo superficial y nos invaden de miedos y temores absurdos.
La gente debería leer las paginas de este libro y hacerlo suyo, llevarlo a la practica , William Ospina es un escritor que quiere servir de salvavidas y recoger cada corazón ciego y sordo y hacerlo ver y oír más allá de esa cajita de fantasías, pero no podemos evitar “que el destino del hombre no es más que una cadena de apetitos que siempre se renuevan, un anhelar que no encuentra jamás su saciedad definitiva, un girar eternamente a la rueda de la necesidad y en la ilusión de satisfacerla.” Como lo expone Schopenhauer.
Esa necesidad debería hacernos más generosos, solidarios y concientes, ya que este mundo no se basa por la igualdad sino por el contrario, si algunos podemos disfrutar de algunos lujos, hay mucha gente que no posee nada, carecen de fortuna, belleza, salud y éxito y a estos seres los ignoramos y seguimos cosechando para el bienestar propio.
Aquellos que más propiedades y bienes tienen, más poder ejercen dentro de la sociedad y no les importa sino su capital, capital que ayuda a las propagandas que tapan la realidad y dominan la conciencia de una sociedad.
Bien lo decía Enzensberger “decidir quien es señor y quien es esclavo no depende solamente del hecho de disponer de capital, de fabricas, de los ejércitos, sino también y cada día más de disponer de la conciencia de los demás”.
Somos momias que giramos en torna a un círculo vicioso que difícilmente podremos evitar. Pero tal vez la unión haga la fuerza.
Monday, April 09, 2007
ANALISIS SOCIOCRITICO
BALZAC Y LA COSTURERA CHINA
De Dai Sijie.
Biografía del autor.
Dai Sijie. Nació en 1954 en la provincia de Fuijian, en la republica popular China. Entre 1971 y 1974 fue enviado a “reeducarse” a un pueblo cerca de la frontera con el Tibet. Una vez concluido este exilio interior, Sijie finaliza sus estudios tras el fallecimiento de Mao Zedong en 1976, logra una plaza en la universidad para cursar el arte. Cuatro años después ingresa en una escuela donde, un concurso nacional le permite continuar sus estudios en el extranjero. Llegado a Francia en 1984 descubre el cine europeo y queda especialmente aprisionado con Buñuel, de quien adquiere ese matiz subrrealista que se respira en sus obras. Hasta la fecha ha realizado, tres largometrajes Ej. China mi dolor en 1989, lee Mangeur de Lune en 1994 y Tang le 11ème en 1998-difundios por canal plus y arte, y en la actualidad está rodando en China una película titulada las hijas del botánico chino “Balzac y la costurera china, su primera novela, fue la sorpresa literaria del año en Francia, donde ocupo el segundo lugar en las listas de libros mas vendidos.
INTRODUCCIÓN
La obra
Dos chicos ( adolescentes ) chinos viven en una época en la que China realiza numerosos cambios en su política, con lo cual también es su estilo de vida. Estos dos adolescentes se ven obligados a acatar dichos cambios, y uno de ellos es ser enviados a una aldea perdida en la montaña del Fénix del Cielo, cerca de la frontera con el Tibet, para ser reeducados como lo mandaba ahora la ley, implantada en la nueva sociedad china por Mao Zedong, en los años ´60 ( a finales ). En esta montaña perdida, lejos de sus casas y, en definitiva, de su vida, una vida que será difícil volver a vivir, viven en una situación muy mala, podríamos decir incluso infrahumana, y con una esperanza muy pequeña de poder volver a sus hogares. Pero cansados de trabajar sin parar, y de ser tratados como animales, un día cambió todo para ellos, al descubrir una maleta de un amigo suyo de otra aldea contigua a la suya, llena de libros prohibidos en la época; libros de autores occidentales. Pero para ellos no fue tan fácil conseguir esos libros, ya que tuvieron que hacer favores muy duros a dicho “amigo”, para que éste reconociera tener esos libros allí después dejarles alguno. Cuando los consiguieron, ante ellos se abría un mundo nuevo, lleno de temas relacionados con sus inquietudes, nuevas formas de pensar y de expresar sentimientos, ideas. Estos libros les hicieron ver nuevas formas de vida, que aplicaran a su estancia en la aldea, y al intento de conquista a la Sastrecilla de la que se han hecho amigos, y la que al final, se marcho lejos para no desperdiciar lo que la vida la había dado, el privilegio de poder ser una mujer de ciudad.
Dos chicos ( adolescentes ) chinos viven en una época en la que China realiza numerosos cambios en su política, con lo cual también es su estilo de vida. Estos dos adolescentes se ven obligados a acatar dichos cambios, y uno de ellos es ser enviados a una aldea perdida en la montaña del Fénix del Cielo, cerca de la frontera con el Tibet, para ser reeducados como lo mandaba ahora la ley, implantada en la nueva sociedad china por Mao Zedong, en los años ´60 ( a finales ). En esta montaña perdida, lejos de sus casas y, en definitiva, de su vida, una vida que será difícil volver a vivir, viven en una situación muy mala, podríamos decir incluso infrahumana, y con una esperanza muy pequeña de poder volver a sus hogares. Pero cansados de trabajar sin parar, y de ser tratados como animales, un día cambió todo para ellos, al descubrir una maleta de un amigo suyo de otra aldea contigua a la suya, llena de libros prohibidos en la época; libros de autores occidentales. Pero para ellos no fue tan fácil conseguir esos libros, ya que tuvieron que hacer favores muy duros a dicho “amigo”, para que éste reconociera tener esos libros allí después dejarles alguno. Cuando los consiguieron, ante ellos se abría un mundo nuevo, lleno de temas relacionados con sus inquietudes, nuevas formas de pensar y de expresar sentimientos, ideas. Estos libros les hicieron ver nuevas formas de vida, que aplicaran a su estancia en la aldea, y al intento de conquista a la Sastrecilla de la que se han hecho amigos, y la que al final, se marcho lejos para no desperdiciar lo que la vida la había dado, el privilegio de poder ser una mujer de ciudad.
ANÁLISIS SOCIOCRITICO
La obra de Dai Sijie, se fundamenta en un contexto social, histórico y autobiográfico donde el autor relata la novela en medio de una realidad vivida en China, específicamente en las montañas del Fénix, en medio de una revolución cultural donde los comunistas luchaban por construir la sociedad china, debido a las diferencias entre Mao y los intelectuales, profesionales y burócratas , que querían un acercamiento más racional y moderado que animara la eficacia y productividad del país. Contrario a las ideologías de Mao que solo le importaba la productividad, por ello cerro las escuelas, universidades, y prohibió todos los libros, excepto el libro rojo donde se imponían las leyes de su mandato.
Dai utiliza todos esos hechos históricos entrelazándolos con sus vivencias y las de sus amigos; y a través de ella manifiesta su descontento con el nuevo régimen político; en los cuales se ven involucrados por ser intelectuales ya que sus padres eran profesionales, y por ende fueron sometidos a la “reeducación”.
La reeducación consistía en aislar a los intelectuales de la civilización , obligándolos a permanecer en montañas para que trabajaran con los campesinos en tareas dispendiosas, humillantes e inhumanas.
La novela Balzac y la joven costurera china, hace referencia a las razones económicas y sociales de la época y a la realidad mostrando ciertas actitudes políticas. 1
Sijie toma la literatura como instrumento fundamental a la hora de desarrollar su obra. Los libros se convierten en la motivación, en el símbolo de libertad y la exploración de un mundo ajeno a ellos, lleno de inquietudes, nuevas formas de pensamiento y sentimientos que los protagonistas experimentaron con su nueva amiga la “sastrecilla”.
Balzac es el principal escritor francés que da un giro a la obra con su novela “la pequeña florista” porque por medio de su contenido logran convertir a la sastrecilla en una mujer de ciudad, decidida a dejar su amor con el fin de aprovechar lo que la naturaleza y la vida le dio.
Haciendo un paralelo con la actualidad, se analiza como en esa época la literatura es valorada y respetada por los adolescentes, y actualmente para muchos jóvenes los libros son instrumentos de aprendizaje, que se leen no por iniciativa propia sino por obligación o necesidad.
Dai, introduce al lector en su novela, con un estilo lleno de intriga y asombro, él describe las características de los lugares y los personajes de manera natural y realista logrando que el lector se involucre en la historia e imagine cada hecho que transcurre en la obra, tomando a esta; no como un reflejo del mundo, sino en su descubrimiento y conocimiento “ la verdadera literatura refleja la realidad” 2 .
1 Crítica literaria marxista http://wikipedia.Org/wiki/sociolog%C3%ADa de la literatura.( sociocrítica)
2 Lukács, http://wikipedia.Org/wiki/sociolog%C3%ADa de la literatura (sociocrítica)
Las lecturas de Balzac, despertó el interés entre Luo y la satrecilla quienes se enamoraron y se olvidaron de los riesgos y peligros que esto les podría ocasionar. En una de sus citas clandestinas los dos enamorados se embriagaron de pasión y deseo, sin tener presente las consecuencias de sus actos, que más tarde salió a reducir en un embarazo prohibido, puesto que la ley de Mao no aceptaba las relaciones entre jóvenes menores de 25 años y menos si estaba reeducándose, por ende la satrecilla tomó la decisión de abortar.
Es evidente que el aborto nunca a sido aceptado dentro de la sociedad; este se convierte en una deshonra para la mujer y un acto cruel que desfallece la posibilidad de vivir. Sin embargo la humanidad ha buscado la manera de legalizarlo con los argumentos de violación, enfermedad, y pobreza.
Desde la mirada sociocritica, el autor toma la realidad social en la que se vio involucrado y la plasma a través de la literatura enriqueciéndola con los escritos de otros autores que influyeron en la vida de él, llevándolo a descubrir su talento y habilidades para la literatura.
Las obras literarias no deben verse como creaciones de individuos, sino de un sujeto colectivo, es decir ideas y valores que comparte un grupo 3.
ERIKA GALLEGO
YULY PAULIN VANEGAS
3 Lucien Goldmann, http://wikipedia.Org/wiki/sociolog%C3%ADa de la literatura (sociocrítica)
PREGUNTAS GENERADORAS
Nº 2
1. ¿Qué aspectos sociales de la época actual se entroncan en la literatura?
Los aspectos sociales actuales que se entroncan en la literatura son:
- La violencia social
- Las diferencias políticas
- La delincuencia, corrupción
- El narcotráfico
- Las drogas ilícitas
- La economía
- La guerra en general
2. ¿De que manera la literatura usa los elementos societales en la construcción de sus estética?
La literatura usa los elementos societales en la construcción de su estética como punto de referencia para dar inicio a su obra. A través de su proceso de construcción emplea la realidad societal, y la adorna con palabras más subjetivas, además utiliza sus conocimientos sobre el tema con los sistemas lingüísticos,(fonético- sintáctico – morfológico) para exaltar la belleza de su escrito con matices propios y estéticos los cuales identifican al autor, quien pretende cautivar al lector con su obra.
Tuesday, March 13, 2007
Sunday, August 27, 2006
nacimiento
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